Tal y como señala en el epílogo de este libro ilustrado Heike Mann (del Centro de Prevención de la Violencia Sexual contra Niños y Jóvenes); la sensación extraña a la que alude el título se refiere a esos momentos en donde algo no nos acaba de gustar, o nos desconcierta y crea inseguridad. El argumento, a través de metáforas pictóricas y un guion imaginativo que juega con la ambigüedad, pone sobre la mesa situaciones en las que los menores pueden vivir emociones confusas y, por tanto, peligrosas. Los autores invitan a identificar el origen de sentimientos incómodos, por si estuvieran ligados a un delito, pero también los distintos escenarios en los que no nos sentimos seguros y confortables, denunciando las relaciones no deseadas o reivindicando la adecuada identificación del concepto de consentimiento. Desde la ficción, con rigor e imaginativa prosa, se insta a incrementar la seguridad de los niños ante los desconocidos o ante conductas que parten de figuras sí identificadas y que pueden ser tóxicas o consecutivas de una conducta contraria a las leyes que protegen la vida y, por tanto, exigen la intervención de los adultos. Német emplea algunos recursos propios del cómic para diseñar los personajes y escenarios que aparecen en la trama. En la edición analizada se combinan dos medidas diferentes para las páginas.
Tal y como señala en el epílogo de este libro ilustrado Heike Mann (del Centro de Prevención de la Violencia Sexual contra Niños y Jóvenes); la sensación extraña a la que alude el título se refiere a esos momentos en donde algo no nos acaba de gustar, o nos desconcierta y crea inseguridad. El argumento, a través de metáforas pictóricas y un guion imaginativo que juega con la ambigüedad, pone sobre la mesa situaciones en las que los menores pueden vivir emociones confusas y, por... Seguir leyendo
La sensación extraña
¡Ey, tú!
¿Sabes quién soy?
Soy esa sensación extraña.
¿Qué? ¿Que no me ves?
Pues claro, es imposible que me veas.
Nadie puede. Solo me puedes sentir.