Leo y Blas, dos hermanos inquietos, van a pasar una semana de vacaciones a casa de su tío Sigfrido. El ama de llaves, una tétrica anciana llamada Brunilda, y Lunazul, una especie de hada fantástica, tendrán mucho que ver para que el ambiente que envuelve a los hermanos sea lo más parecido a una película de cine de ciencia ficción. Resolver los enigmas que les proponen es en realidad la excusa que tiene el autor para mostrar su pasión por el cine, e intentar transmitírsela a sus jóvenes lectores. Leo y Blas, dos hermanos inquietos, van a pasar una semana de vacaciones a casa de su tío Sigfrido. El ama de llaves, una tétrica anciana llamada Brunilda, y Lunazul, una especie de hada fantástica, tendrán mucho que ver para que el ambiente que envuelve a los hermanos sea lo más parecido a una película de cine de ciencia ficción. Resolver los enigmas que les proponen es en realidad la excusa que tiene el autor para mostrar su pasión por el cine, e intentar transmitírsela a sus jóvenes lectores.
El planeta de los espíritus
Parecía el sonido producido por una serpiente de cascabel. –¡Walki! –exclamó Blas dando un salto en la cama y despertando a su hermano Leo. –¿Qué pasa? –preguntó éste restregándose los ojos. –Creo que Walki está por aquí. Walki era la serpiente que su tío Sigfrido tenía como mascota. Parecía inofensiva para él, pero ¿lo sería también para los dos hermanos?