Un día la ratoncita Inés se levanta y todo lo hace del revés: desayuna espaguetis, se calza la zapatilla derecha en el pie izquierdo, monta en la bicicleta de espaldas. Su madre soporta en silencio la actitud transgresora de la ratita, hasta que con un juego resuelve el conflicto de una forma divertida, enseñando a su hija cómo se hacen las cosas de forma correcta. La historia contiene un guiño de complicidad hacia el adulto y el pequeño lector que, en muchos casos, se verá identificado con el comportamiento travieso de Inés. Las ilustraciones resaltan la gesticulación de los personajes.Un día la ratoncita Inés se levanta y todo lo hace del revés: desayuna espaguetis, se calza la zapatilla derecha en el pie izquierdo, monta en la bicicleta de espaldas. Su madre soporta en silencio la actitud transgresora de la ratita, hasta que con un juego resuelve el conflicto de una forma divertida, enseñando a su hija cómo se hacen las cosas de forma correcta. La historia contiene un guiño de complicidad hacia el adulto y el pequeño lector que, en muchos casos, se verá identificado con el comportamiento travieso de Inés. Las ilustraciones resaltan la gesticulación de los personajes.
Inés del Revés
Cuando Inés se levantó aquella mañana se sentía del revés. Se puso la gorra con la visera para atrás, el zapato izquierdo en el pie derecho y el zapato derecho en el pie izquierdo. Su mamá la llamó: “¿Ya estás despierta, Inés?” “¡No!”, contestó Inés del Revés.