Las crepes de Mama Panya
Mama Paya cantaba mientras apagaba el fuego del desayuno tirándole arena por encima con su pie descalzo.
-Adika, vamos, espabila –le dijo alegremente. Hoy tenemos que ir al mercado.
-¡Sorpresa! Te he ganado, mamá.
Adika estaba en la puerta, con la camiseta más bonita de todas y los pantalones más limpios.
-¡Ya estoy!
Era Mamá Panya la que tenía que darse prisa.
Después de guardar las cazuelas, coger la bolsa y ponerse las sandalias, Mamá Panya dijo:
-Yo también estoy lista, Adika. ¿Dónde te has metido?