Interesante y apasionante, urdida con la habilidad de quien conoce bien los resortes del género y dónde situarlos para imprimir la carga de tensión justa que espolea al lector, esta novela ofrece mucho más: una calidad literaria notable, un fresco social más crítico de lo que parece, relaciones entre adolescentes y adultos que no tienen desperdicio y guiños referentes al cine, al teatro y a la literatura. Echo Falls es un escenario ficticio tan minuciosamente construido que consigue encerrarnos en su espacio autónomo poblado de personajes a cuál más interesante. Uno ya no puede abandonarlo hasta haber resuelto junto a Ingrid el misterio, y espera poder volver.
Interesante y apasionante, urdida con la habilidad de quien conoce bien los resortes del género y dónde situarlos para imprimir la carga de tensión justa que espolea al lector, esta novela ofrece mucho más: una calidad literaria notable, un fresco social más crítico de lo que parece, relaciones entre adolescentes y adultos que no tienen desperdicio y guiños referentes al cine, al teatro y a la literatura. Echo Falls es un escenario ficticio tan minuciosamente construido que consigue encerrarnos en su espacio autónomo poblado de... Seguir leyendo
Al otro lado del espejo
Tres semanas después de haber cumplido los trece años, Ingrid Levin-Hill estaba sentada en la sala de espera del ortodoncista, pensando. Al nacer eres mona. Los bebés son monos. No es muy difícil adivinar el motivo: para que se les perdone que sean tan molestos. Luego creces un poco y la gente te dice: «Qué cabello tan bonito» o «Mira qué ojazos azules», o cualquier cosa agradable que te induce a creer que aún estás en el bando de las monadas. Más tarde, a los doce o trece años, ¡pum!, te dicen de pronto que tienes que arreglártelo todo.