Esta es una historia de un escritor para adultos. De un escritor para adultos que además ha ganado el que quizás sea el premio literario más importante: el Nobel. Y, sin embargo, este escritor para adultos nos confiesa que no sabe escribir cuentos para niños. Por eso no ha podido contar la historia más bonita del mundo, que una vez él se inventó. Así que propone al lector, que la escriba para que él, escritor, llegue a leerla. Simple y complejo, para niños y para adultos, este cuento de José Saramago construye un espacio de tensiones. Se trata en último caso de una historia aleccionadora al uso. Pero el artilugio narrativo hace que el lector no repare fácilmente en ello. La apuesta por trasladar el texto a un álbum y la elección de una materia estética enfatizan la pretensión artística y ambigua de la obra: se trata y no se trata de un cuento para niños. Juzguen por sí mismos.
Esta es una historia de un escritor para adultos. De un escritor para adultos que además ha ganado el que quizás sea el premio literario más importante: el Nobel. Y, sin embargo, este escritor para adultos nos confiesa que no sabe escribir cuentos para niños. Por eso no ha podido contar la historia más bonita del mundo, que una vez él se inventó. Así que propone al lector, que la escriba para que él, escritor, llegue a leerla. Simple y complejo, para niños y para adultos, este cuento de José Saramago... Seguir leyendo
La flor más grande del mundo
Las historias para niños deben escribirse con palabras muy sencillas, porque los niños, al ser pequeños, saben pocas palabras y no las quieren muy complicadas. Me gustaría saber escribir esas historias, pero nunca he sido capaz de aprender, y eso me da mucha pena. Porque, además de saber elegir las palabras, es necesario tener habilidad para contar de una manera muy clara y muy explicada, y una paciencia muy grande. A mí me falta por lo menos la paciencia, por lo que pido perdón.