A Georg Händel le hubiera gustado que su pequeño estudiara Derecho. Pero nada podía hacerse contra la pasión de un niño que con ocho años tocaba el clavicordio con enorme talento. De Alemania a Italia y de allí a Inglaterra, G. F. Händel fue absorbiendo las tendencias musicales de la época hasta convertirse en músico de la corte de Isabel I de Inglaterra. Todo un personaje de cuya vida privada poco se conoce y cuya vida pública, llena de lujos, no le impidió ser uno de los más reconocidos compositores del siglo XVIII. Un disco compacto acompaña la lectura con algunas de las obras más representativas de un músico que derrochó talento en todas sus composiciones.
A Georg Händel le hubiera gustado que su pequeño estudiara Derecho. Pero nada podía hacerse contra la pasión de un niño que con ocho años tocaba el clavicordio con enorme talento. De Alemania a Italia y de allí a Inglaterra, G. F. Händel fue absorbiendo las tendencias musicales de la época hasta convertirse en músico de la corte de Isabel I de Inglaterra. Todo un personaje de cuya vida privada poco se conoce y cuya vida pública, llena de lujos, no le impidió ser uno de los más reconocidos compositores... Seguir leyendo
G. F. Händel
«Señor, ¡está enganchada!», anunció el cochero.
«Enseguida estoy listo», dijo Georg Händel, ayuda de cámara y cirujano del duque Johann Adolf de Sajonia. A su edad, el severo hombre, de elevada estatura, se ha vuelto más sociable. Levanta la cabeza hacia la buhardilla. Ahí está de nuevo el suave tintineo. Pende por la casa como el canto del grillo. Al chico no hay forma de separarlo de su diminuto clavicordio.