La estrecha relación entre un anciano y una niña que está aprendiendo a contar y descubriendo que los números nunca se acaban sirven como argumento para entender que la falta de un ser querido se suple con su recuerdo permanente. Unas ilustraciones cálidas y tiernas, junto a un texto dialogado, son los ingredientes para acercar al lector un tema siempre difícil.La estrecha relación entre un anciano y una niña que está aprendiendo a contar y descubriendo que los números nunca se acaban sirven como argumento para entender que la falta de un ser querido se suple con su recuerdo permanente. Unas ilustraciones cálidas y tiernas, junto a un texto dialogado, son los ingredientes para acercar al lector un tema siempre difícil.
¿Qué viene después del mil?
–¿Desde el principio? –pregunta Otto. –¡Borrón y cuenta nueva! –dice Lisa en voz alta, porque Otto es duro de oído y no le gusta nada que le hablen susurrando. Otto empieza a contar: –UNO por Lisa, ¡porque Lisa solo hay una! –DOS por las dos galletas que nos vamos a merendar –continúa Lisa-, y TRES por las tres fiestas más importantes del año: mi cumpleaños, tu cumpleaños y Navidad!