Decir Fernando Pessoa (1888-1935) es decir emoción, sensibilidad, poesía: es decir vida. Nos encontramos con unas cartas tristes y alegres a la vez, de un hombre ciertamente extraño, que reúne en sí mismo todas las contradicciones humanas, escribe a su Ophelinha, una mujer misteriosa por inatrapable y real al mismo tiempo. Escritas entre 1920 y 1930, las cartas nos muestran a un hombre soñador y real, que no puede vivir sin amar, pero tampoco sin sufrir.
Decir Fernando Pessoa (1888-1935) es decir emoción, sensibilidad, poesía: es decir vida. Nos encontramos con unas cartas tristes y alegres a la vez, de un hombre ciertamente extraño, que reúne en sí mismo todas las contradicciones humanas, escribe a su Ophelinha, una mujer misteriosa por inatrapable y real al mismo tiempo. Escritas entre 1920 y 1930, las cartas nos muestran a un hombre soñador y real, que no puede vivir sin amar, pero tampoco sin sufrir.
Cartas a Ophélia
Ophelinha: Para mostrarme su desprecio, o al menos su absoluta indiferencia, no era menester el disfraz transparente de un discurso tan largo, ni esa serie de “razones” tan poco sinceras como convincentes que me ha escrito. Bastaba con decírmelo. Tal como lo hizo, lo entiendo del mismo modo, pero me duele más.Si antes que a mí prefiere al joven que la corteja, y que evidentemente le gusta mucho, ¿cómo podría tomármelo mal? Usted, Ophelinha, puede preferir a quien quiera: no tiene obligación, creo yo, de amarme, ni debe (a no ser que quiera divertirse) fingir que me ama. Quien ama de verdad no escribe cartas que parecen requerimientos de abogado.