Sofía y el negro
Tenía que pasarme precisamente a mí... quiero decir, a mí y a mi HIJA. Septiembre 1994. Y eso que estudia ECONÓMICAS, tendría que pensar con claridad.
–¿Dónde estará ahora?
–¿Por qué te preocupas tanto? Ya tiene diecinueve años, ¿no?
–Pero si hace 2 días que no sabemos de ella. ¿Te parece NORMAL?
–Uff.
–¡Ya sabes que está por ahí con esa amiga nueva!
–Dos chicas listas en la capital... ¿Qué les va a pasar?
–¡Contigo no hay quien hable!