Muchos niños, e incluso algunos adultos, se valen de la fantasía para darle sentido a hechos cotidianos como los crujidos de la casa, la desaparición de un calcetín, el gotear de una ducha o la proliferación de pelusas. Muchas veces estas fabulaciones gozan de mayor encanto que las explicaciones correctas. Esta es la materia prima de este libro-álbum en el que el formato vertical, el ambiente vintage y las texturas sugeridas aportan los elementos necesarios para crear el ambiente de una casa fantástica y febril.
Muchos niños, e incluso algunos adultos, se valen de la fantasía para darle sentido a hechos cotidianos como los crujidos de la casa, la desaparición de un calcetín, el gotear de una ducha o la proliferación de pelusas. Muchas veces estas fabulaciones gozan de mayor encanto que las explicaciones correctas. Esta es la materia prima de este libro-álbum en el que el formato vertical, el ambiente vintage y las texturas sugeridas aportan los elementos necesarios para crear el ambiente de una casa fantástica y febril.
Quién tiene miedo
El día en que Pablo se puso enfermo faltaban justo diez días para que cumpliese los cinco años. No podía ir a la escuela y se pasaba todo el tiempo en casa, acostado en la cama, acompañado por muñecos y cuentos.
La primera noche le pidió a su madre que le dejara alguna lámpara encendida.
–No debes tener miedo a la oscuridad: es de este color porque, si cierras lo ojos, te ayuda a dormir –le dijo su madre