Este es un libro que podríamos calificar de filosófico. A través del periplo de un curioso protagonista, la historia plantea la búsqueda del sentido de la vida. Claro que lo hace desde el humor, con muy pocas palabras, porque son los dibujos los que llevan el peso de esta breve parábola. La síntesis en los textos y los dibujos construyen un libro poético que nos llena de preguntas y que termina para volver a empezar. Un hito en la literatura infantil del siglo XX.
Este es un libro que podríamos calificar de filosófico. A través del periplo de un curioso protagonista, la historia plantea la búsqueda del sentido de la vida. Claro que lo hace desde el humor, con muy pocas palabras, porque son los dibujos los que llevan el peso de esta breve parábola. La síntesis en los textos y los dibujos construyen un libro poético que nos llena de preguntas y que termina para volver a empezar. Un hito en la literatura infantil del siglo XX.
La parte que falta
Le faltaba una parte y no era feliz.
Por eso decidió salir en busca de la parte que le faltaba.
Y mientras rodaba, cantaba esta canción:
«Oh, voy buscando lo que me falta,
la parte que me falta,
y ayer, y hoy, allá voy,
buscando lo que me falta».