La familia Cebolleta
–No sé por qué, me parece que no hay nadie de la familia en casa... Eso quiere decir que estoy solo...
–¡Laurita! ¡Pocholita! ¡Abuelo! ¡Diógenes!...
–¡Sí, señor, estoy solo!
–¡Al fin me podré beber la botella de tinto que me regaló mi amigo Pepe el día de mi santo y que la escondí en la estufa para que no la viera nadie!...
–¡Debe estar riquísima! ¡No voy a dejar ni el corcho! ¿Qué vienes a hacer aquí, Jeremías?
–Pues... vengo a beber yo también. ¿No querrás que dé el “soplo” a tu mujer?