Una niña nueva acaba de llegar al pueblo. Vive con su mamá. No le gusta mucho ir a la escuela porque, como es nueva, nadie se sienta con ella. Todos están preparando la representación de Navidad. Lo que más le gustaría es poder hacer de María, pero le ha tocado ser oveja y todos se ríen de ella. Además, no podría hacer de María porque tiene el pelo muy corto. Su madre le dice que es una niña especial, pero ella no se siente especial, se siente diferente, y quiere ser como los demás. Su única ilusión es ser como los demás y poder hacer el papel de María en la obra de Navidad de la Iglesia. Lo que parece un obstáculo para conseguirlo, en realidad, no tiene importancia. Una historia de integración para mejorar la educación de los niños, no dejarse influir por los prejuicios y no perder nunca la ilusión, porque todo se puede conseguir si uno pone mucho empeño.
Una niña nueva acaba de llegar al pueblo. Vive con su mamá. No le gusta mucho ir a la escuela porque, como es nueva, nadie se sienta con ella. Todos están preparando la representación de Navidad. Lo que más le gustaría es poder hacer de María, pero le ha tocado ser oveja y todos se ríen de ella. Además, no podría hacer de María porque tiene el pelo muy corto. Su madre le dice que es una niña especial, pero ella no se siente especial, se siente diferente, y quiere ser como los demás. Su... Seguir leyendo
Cuando yo hice de María
Cuando vivíamos a orillas del río, teníamos verdaderos inviernos: muy fríos, con mucha nieve y escarcha en las ventanas.
Cuando vivíamos a orillas del río, mamá siempre encendía el fogón por las mañanas.
Hace bolas con papel de periódico, las introduce por la portezuela abierta del fogón, coloca encima astillas y, arriba del todo, dos relucientes briquetas de carbón que ha sacado de la caja. Después, mamá, con su largo camisón blanco, se arrodilla delante del fogón y sopla con cuidado las llamas.