La abuela Teresa y el sol

Con el paso de los años, la señora Teresa se ha ido haciendo mayor. Tiene los cabellos completamente blancos y se ha vuelto muy, pero que muy, despistada. La familia no se lo puede creer porque, además de ser una persona muy pulcra, ordenada e inquieta, tenía una memoria de elefante y siempre sabía dónde estaban todas las cosas que alguien de casa pudiera necesitar.