En la Jerusalén de 1192, en tiempos de la Tercera Cruzada, judíos, árabes y cristianos conviven pacíficamente bajo el mando del sultán Saladino. La casa de Natán, un comerciante judío conocido como el Sabio, es punto de encuentro de ciudadanos de las tres religiones. Todos lo admiran y respetan, pero su magnanimidad provoca envidia entre los personajes cercanos al poder. Su muerte no impedirá que su legado de coherencia, tolerancia y amor al prójimo permanezca intacto entre quienes lo admiraban.
En la Jerusalén de 1192, en tiempos de la Tercera Cruzada, judíos, árabes y cristianos conviven pacíficamente bajo el mando del sultán Saladino. La casa de Natán, un comerciante judío conocido como el Sabio, es punto de encuentro de ciudadanos de las tres religiones. Todos lo admiran y respetan, pero su magnanimidad provoca envidia entre los personajes cercanos al poder. Su muerte no impedirá que su legado de coherencia, tolerancia y amor al prójimo permanezca intacto entre quienes lo admiraban.
Natán y sus hijos
Debí de quedarme dormido bajo la morera. Me había echado a descansar a media tarde, cuando el calor era insoportable, hasta que me despertaron los gritos, unos gritos altos y estridentes que me hicieron mover las manos involuntariamente para taparme los oídos. Al principio no me di cuenta de que eran gritos humanos, pero luego vi a Daja, el ama, boquiabierta y con la cara desfigurada, retorciéndose e intentando zafarse de la cocinera.