Martín tiene doce años y pasa unos días en casa de su abuela paterna, en Castrosil, una aldea gallega. A pesar del extraño comportamiento de la abuela, los días van transcurriendo con normalidad, junto a sus amigos, descubriendo los parajes gallegos y las leyendas de la aldea. Poco antes de finalizar las vacaciones, Martín descubre un secreto familiar que justificará el excéntrico comportamiento de la abuela. Entretenida novela con la dosis justa de misterio para captar el interés de los lectores.
Martín tiene doce años y pasa unos días en casa de su abuela paterna, en Castrosil, una aldea gallega. A pesar del extraño comportamiento de la abuela, los días van transcurriendo con normalidad, junto a sus amigos, descubriendo los parajes gallegos y las leyendas de la aldea. Poco antes de finalizar las vacaciones, Martín descubre un secreto familiar que justificará el excéntrico comportamiento de la abuela. Entretenida novela con la dosis justa de misterio para captar el interés de los lectores.
Los días de Castrosil
Había llegado el verano y, para celebrar sus quince años de matrimonio, mis padres tuvieron la feliz idea de hacer un viaje sin contar conmigo.
-Martín, tu padre y yo necesitamos pasar más tiempo juntos –dijo mi madre.
La verdad es que a mi padre apenas le veíamos el pelo. Siempre estaba de un lado para otro, de expedición en expedición. Bueno, tampoco es tan extraño. Mi padre es arqueólogo.