Un cangrejo acaba de nacer. Los animales de la playa quieren jugar con él, pero no puede sostenerse en pie, se cae una y otra vez. Cuando lo consigue, descubre que lo hace al revés. Llora, no sabe qué le pasa, pero cuando cae al mar se da cuenta que puede nadar. Sus amigos (la gaviota, tortuga y erizo de mar) le regalan un espejo retrovisor. Con él descubre los peligros antes que los demás y comprende que caminar hacia atrás tiene algunas ventajas. Con final inesperado.
Un cangrejo acaba de nacer. Los animales de la playa quieren jugar con él, pero no puede sostenerse en pie, se cae una y otra vez. Cuando lo consigue, descubre que lo hace al revés. Llora, no sabe qué le pasa, pero cuando cae al mar se da cuenta que puede nadar. Sus amigos (la gaviota, tortuga y erizo de mar) le regalan un espejo retrovisor. Con él descubre los peligros antes que los demás y comprende que caminar hacia atrás tiene algunas ventajas. Con final inesperado.
El cangrejo Matías
Érase una vez un cangrejo que acababa de nacer. Se llamaba Matías y no se sostenía en pie. Tenía las patas tan finas… Los animalitos de la playa lo fueron a ver. La gaviota, la tortuga y el erizo también. Todos le decían: -¡Levántate, Matías, vamos a jugar! El cangrejo Matías al fin se puso en pie. Pero las pinzas le pesaban mucho y se cayó otra vez. Tenía la cara en la arena y en el aire los pies.