Fascinado por los mundos que descubre en las lecturas, Sándor no duda en hacer cosas que nunca habría imaginado, como traficar con cómics prohibidos que llegan desde realidades muy diferentes para hacer felices a mucha gente como él. ¿Y si todo lo que aprende de sus superhéroes preferidos puede valer para salir de la cruda realidad? Una original aventura, ambientada en la Europa del Este del siglo pasado, que homenajea a los grandes protagonistas del comic book norteamericano de todos los tiempos
Fascinado por los mundos que descubre en las lecturas, Sándor no duda en hacer cosas que nunca habría imaginado, como traficar con cómics prohibidos que llegan desde realidades muy diferentes para hacer felices a mucha gente como él. ¿Y si todo lo que aprende de sus superhéroes preferidos puede valer para salir de la cruda realidad? Una original aventura, ambientada en la Europa del Este del siglo pasado, que homenajea a los grandes protagonistas del comic book norteamericano de todos los tiempos
El traficante de cómics
No es que tuviera miedo, eso que quede muy claro. Pero tampoco podía hacer como si no pasara nada: se trataba de un asunto peligroso. Yo era un traficante de cómics. Estaba cruzando media ciudad, la plaza del parlamento, el puente Margarita y el parque con la grava que parecía echarse a llorar bajo los zapatos, para reunirme con una persona, una persona de la que apenas sabía nada, aparte de su nombre.