Cuando los amantes se trataban de usted y los serenos vigilaban la noche, el calor del amor daba fuerzas a los ciudadanos de una oscura España que quería salir, poco a poco, de las tinieblas. La relación clandestina entre un trabajador de la fábrica de perfumes y la limpiadora, y chica de los recados, del cercano convento está bendecida por el aroma de las grandes historias de amor, las que deben ser escritas para nunca olvidar episodios de nuestro pasado, y traslada al lector a un Madrid del que cada vez quedan menos testigos.
Cuando los amantes se trataban de usted y los serenos vigilaban la noche, el calor del amor daba fuerzas a los ciudadanos de una oscura España que quería salir, poco a poco, de las tinieblas. La relación clandestina entre un trabajador de la fábrica de perfumes y la limpiadora, y chica de los recados, del cercano convento está bendecida por el aroma de las grandes historias de amor, las que deben ser escritas para nunca olvidar episodios de nuestro pasado, y traslada al lector a un Madrid del que cada vez quedan menos testigos.
Crónica de amor de un fabricante de perfumes
Siempre los cambios de tiempo han aumentado mi incertidumbre. En el aire frío se notaba que iba a llegar el invierno. Y tengo que contar lo que me ocurrió aquella tarde al salir de la fábrica. Aguardaba yo el tranvía en la parada. Había un gran descampado con cardos resecos, y, al borde de la vía, un convento de monjas, un edificio apaisado y como inevitable, que parecía estuviera allí desde siempre...