Un cuento ilustrado que reivindica la importancia del afecto y de los abrazos. El príncipe Pedro está por cumplir años y sus padres le ofrecen regalos que a todo príncipe le pueden gustar: una espada de plata, una corona nueva, un trono, una armadura, una carroza, pero Pedro tan solo quiere un oso de peluche. Contrariados, los padres le regalan un oso de oro macizo que desilusiona a Pedro. Con gran ingenio, el cuento da un giro conmovedor: el oso llora y pide un abrazo capaz de suavizar hasta el más sólido de los metales.
Un cuento ilustrado que reivindica la importancia del afecto y de los abrazos. El príncipe Pedro está por cumplir años y sus padres le ofrecen regalos que a todo príncipe le pueden gustar: una espada de plata, una corona nueva, un trono, una armadura, una carroza, pero Pedro tan solo quiere un oso de peluche. Contrariados, los padres le regalan un oso de oro macizo que desilusiona a Pedro. Con gran ingenio, el cuento da un giro conmovedor: el oso llora y pide un abrazo capaz de suavizar hasta el más sólido de los metales.
El príncipe Pedro y el oso de peluche
–En siete días cumples años, príncipe Pedro –dijo el rey–. Espero que te guste una espada de plata como regalo.
–No, señor. Por favor, señor, me gustaría un oso de peluche.
–¿Un oso de peluche? –exclamó el rey–. ¡Ejem!