Las niñas pueden hacer muchas cosas que hacen los niños y no por eso las tienen que confundir. Nuestra protagonista es rebelde, algunas veces descarada, le gusta la velocidad, la música y muchos juegos, incluso a veces improvisa. Pero una y otra vez la confunden con un chico, a pesar de que ella repite a todo el mundo que es una niña. Tras este aparentemente sencillo argumento se esconde una historia inteligente y divertida que rompe estereotipos sobre lo que habitualmente se espera de cada sexo.
Las niñas pueden hacer muchas cosas que hacen los niños y no por eso las tienen que confundir. Nuestra protagonista es rebelde, algunas veces descarada, le gusta la velocidad, la música y muchos juegos, incluso a veces improvisa. Pero una y otra vez la confunden con un chico, a pesar de que ella repite a todo el mundo que es una niña. Tras este aparentemente sencillo argumento se esconde una historia inteligente y divertida que rompe estereotipos sobre lo que habitualmente se espera de cada sexo.
¡Soy una niña!
A veces soy dulce,
tierna y educada.
Otras soy rebelde
y algo descarada.
¡Ay!
¡Qué niño más sucio!