Los dispositivos digitales son necesarios en la vida de los niños pero tal vez, como deja entrever esta interesante historia -fiel reflejo de la realidad cotidiana-, hay que parar a reflexionar sobre cuál es la pauta correcta y el uso más racional que pueden ofrecer a los más pequeños de la casa. Pedro renuncia a todas las ofertas de juego al aire libre, refugiado en su tableta, el smartphone, la consola de videojuegos y otros terminales que le impiden desarrollar al cien por cien su imaginación y, en consecuencia, relacionarse con el resto de niños y familiares. Sin embargo, como apunta el autor, los menores a los que ha preguntado por aquello que les hace más felices a lo largo de su carrera profesional siempre describen acciones para las que no son imprescindibles las herramientas tecnológicas. El delicado trabajo de Rocío Bonilla dota de elegancia y sensibilidad un sencillo relato, distribuido en imágenes a página completa y desplegables que dotan de mayor espectacularidad a las ilustraciones. La propuesta incluye un cuaderno complementario con pasatiempos y manualidades para realizar en compañía.
Los dispositivos digitales son necesarios en la vida de los niños pero tal vez, como deja entrever esta interesante historia -fiel reflejo de la realidad cotidiana-, hay que parar a reflexionar sobre cuál es la pauta correcta y el uso más racional que pueden ofrecer a los más pequeños de la casa. Pedro renuncia a todas las ofertas de juego al aire libre, refugiado en su tableta, el smartphone, la consola de videojuegos y otros terminales que le impiden desarrollar al cien por cien su imaginación y, en consecuencia, relacionarse con el... Seguir leyendo
¿Jugamos?
- Pedro, ¿jugamos? -le preguntó la hermana pequeña.
- Pero si ya estoy jugando.
- Pedro, ¿jugamos? -exclamó su amigo Marcos.
- Pero si ya estoy jugando.
- Pedro, ¿jugamos? -le dijeron los amigos del cole, a la hora del patio.