Lara vive con su madre y con su hermana en Camp d´en Grassot, un barrio barcelonés en el que comparte ilusiones y aficiones, como la música, con su pandilla. Entre los planes que surgen para el verano está acudir a una prometedora sesión de un DJ que se celebra en una discoteca. Pero un despiste, caprichos del destino, provoca que se sitúe en la fila equivocada cuando va a comprar las entradas. Allí conocerá a Diego de una forma un tanto particular: ella le salva la vida gracias a una ejecución perfecta de la maniobra de Heimlich. A partir de entonces asistimos a una sólida y original trama protagonizada por adolescentes, en donde no faltan las referencias a películas contemporáneas, conocidos festivales musicales, expresiones habituales en la jerga juvenil actual y lugares emblemáticos de Barcelona o Londres, ciudad a la que traslada su residencia una de sus mejores amigas. Narrado en tercera persona, Manso consigue a través de su prosa fresca y adictiva que empaticemos con los protagonistas principales, cuyas acciones sirven como pretexto para analizar situaciones que se viven todavía (a diario) en la sociedad actual: los dañinos prejuicios hacia los inmigrantes, la denuncia de actitudes sexistas… y otras más livianas, como los pequeños problemas que minan la convivencia diaria entre los compañeros.
Lara vive con su madre y con su hermana en Camp d´en Grassot, un barrio barcelonés en el que comparte ilusiones y aficiones, como la música, con su pandilla. Entre los planes que surgen para el verano está acudir a una prometedora sesión de un DJ que se celebra en una discoteca. Pero un despiste, caprichos del destino, provoca que se sitúe en la fila equivocada cuando va a comprar las entradas. Allí conocerá a Diego de una forma un tanto particular: ella le salva la vida gracias a una ejecución perfecta de la maniobra de... Seguir leyendo
Corazón de cactus y más formas de querer
...en esta historia encontrarás más vida que efectos especiales. Para empezar tiene lugar en un barrio de Barcelona que no aparece en ninguna guía turística. Se llama Camp d´en Grassot. ¿Lo ves? No te suena de nada. Es un barrio como el tuyo o el mío, en el que la gente no es rica ni pobre, aunque hay personas que pasan apuros para llegar a fin de mes y también las hay que cambian de móvil cada año. En el barrio hay de todo.