La vida de Elio es miserable. Vive en la pobreza absoluta y comparte cada día con otros muchos niños en el Orfanato Triplántido de Madrid, una especie de granja atestada de literas en donde se hacinan los pequeños. El calor y el color llegan cuando es adoptado por los señores Boj, quienes le acogen en su Óptica Oftalmológica, una de las más prestigiosas de Europa. En este lugar comenzará a descubrir una serie de objetos fantásticos, pero reales, que introducen al lector en un mundo de fantasía y aventura. Las andanzas de este niño, con cierto parentesco lejano con Oliver Twist, son contemporáneas al nacimiento de varios inventos que transformarán el mundo, como el cinematógrafo o el animatógrafo, un peculiar objeto que –en principio- tuvo menos calado que el de los hermanos Lumière. La salida del triste lugar del que es rescatado por el matrimonio da pie a un sinfín de hazañas en las que conocerá a personajes inolvidables, visitará circos, luchará contra sociedades secretas e incluso tendrá que resolver un misterio que afecta a la mismísima reina. ¿Quién dijo que la magia estaba desapareciendo? Un espectacular cóctel que combina realidad y ficción, con buenas dosis de imaginación, al son de las coloristas y seductoras ilustraciones de Sagospe, omnipresentes a lo largo de toda la trama. El epílogo desvela aquellos datos que son reales e incluye numerosas fotografías que atestiguan algunos de los hechos narrados.
La vida de Elio es miserable. Vive en la pobreza absoluta y comparte cada día con otros muchos niños en el Orfanato Triplántido de Madrid, una especie de granja atestada de literas en donde se hacinan los pequeños. El calor y el color llegan cuando es adoptado por los señores Boj, quienes le acogen en su Óptica Oftalmológica, una de las más prestigiosas de Europa. En este lugar comenzará a descubrir una serie de objetos fantásticos, pero reales, que introducen al lector en un mundo de fantasía... Seguir leyendo
Elio. Una historia animatográfica
Dicen que la auténtica magia desapareció en el siglo XIX y fue sustituida por los adelantos técnicos. Elio no estaría de acuerdo.
Por cierto, este es Elio.
Disculpad su aspecto, Elio es un niño huérfano y hambriento, más pobre que una rata.