Defensor de las gallinas ante el acecho de la zorra, el que vela por la seguridad de su pueblo y de los campos, adversario valiente frente a los más peligrosos personajes... El camino de Cerdito parece estar jalonado de momentos gloriosos, razón por la que sus vecinos e incluso el mismísimo Rey, premian al protagonista. Cuando por fin halla descanso en su morada es hora de comenzar a hacernos algunas preguntas. ¿Estamos ante un mentiroso compulsivo o frente al paladín de la verdad? En nuestra mano está juzgar a Cerdito a partir de las palabras y hazañas. Construido bajo estructuras clásicas, el relato brinda un momento de respiro y reflexión con la inclusión de una página troquelada, que invita a cuestionarse toda la historia, dibujada con el inconfundible estilo de Abadía, con protagonistas y escenarios bañados en colores vivos y de cierta abstracción geometrizante.
Defensor de las gallinas ante el acecho de la zorra, el que vela por la seguridad de su pueblo y de los campos, adversario valiente frente a los más peligrosos personajes... El camino de Cerdito parece estar jalonado de momentos gloriosos, razón por la que sus vecinos e incluso el mismísimo Rey, premian al protagonista. Cuando por fin halla descanso en su morada es hora de comenzar a hacernos algunas preguntas. ¿Estamos ante un mentiroso compulsivo o frente al paladín de la verdad? En nuestra mano está juzgar a... Seguir leyendo
Cerdito, ¿adónde vas?
Ya había cantado el gallo y despertado a todas las gallinas
cuando Cerdito pasó por el gallinero.
- Cerdito, ¿adónde vas? -preguntó el granjero.
- No voy, vengo -contestó Cerdito-. He pasado toda la noche vigilando el gallinero y he ahuyentado a la zorra que acechaba a las gallinas.
- Muchas gracias, Cerdito, ¡qué amable! Te daré esta docena de huevos por tu ayuda -dijo el granjero.