Nueva vida lejos de París. Nadie pidió consejo a Lea cuando sus padres consiguieron hacer realidad su sueño: trabajar y vivir en el medio rural. Lejos de Ana, Fani y Salima, la protagonista se siente sola e insegura, especialmente en la víspera de iniciar curso en un entorno nuevo. Sus primeras impresiones no son muy positivas, con una maestra "bastante vieja" y niños que son como "momias que llevan seis siglos dormidas". Tampoco las vecinas ofrecen, a priori, una alternativa sugerente, pero tras pasar unas horas con Hortensia descubre que, tal vez, pasar un rato con esa mujer puede ser más divertido de lo que parece. Una vez reunido el suficiente coraje gracias a ese primer punto positivo, Lea decide iniciar un particular y muy divertido proceso de búsqueda para conformar un grupo de amigas a la carta, aunque sabe de sobra que la amistad verdadera no necesita cuestionarios. Con aroma de aventuras clásicas, tanto en la presentación gráfica como en el humor que desprenden los textos (se intuye la admiración hacia series emblemáticas como El pequeño Nicolás); la pareja de autoras cautiva con una sencilla y emotiva historia que refleja con acierto las dudas que suscitan los cambios en la infancia, y con la que conectarán especialmente aquellos lectores que hayan "sufrido" una mudanza obligada a otro pueblo o ciudad en ese momento decisivo de la vida, obligando a tejer un nuevo círculo de amistades y costumbres. Finalista del Premio Strega, en la categoría Ragazze e Ragazzi, 2020, uno de los más importantes galardones literarios de Italia, es un excelente bocado para aquellos niños y niñas que comienzan a leer de forma autónoma.
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¿Quieres ser mi amiga?
Sola y con punzadas en la barriga
A Lea no le gusta nada su nueva casa. Está lejos de todo, al lado de un campo de patatas o de vete a saber qué. En su habitación, se angustia pensando en el primer día de cole. Mañana la directora le presentará a sus nuevos compañeros de clase, y está segura de que serán antipáticos con ella. Ojalá tuviera una hermana, o incluso un hermano, para no estar sola cuando vuelva a casa.
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