Con más de tres millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, la descacharrante fantasía concebida por Barrett & Barrett ha llegado a nuestros días plena de juventud e imaginación. Un sábado por la mañana, en el particular universo que nos plantean los autores, todo es posible. Es día de tortitas y el abuelo se afana por dejarlas perfectas, pero un pequeño incidente provoca, además de las carcajadas de toda la familia, que el anciano invente una historia. A tenor de la pequeña narradora, “la mejor que jamás nos había contado”. Las adversidades climatológicas de Tragaycome, que desembocan en un insólito “colapso alimenticio de la ciudad” de dimensiones considerables como consecuencia de una lluvia peculiar, constituyen un derroche de talento. El estilo gráfico del marido de la autora, con claras analogías al modus operandi de muchos artistas vinculados al cómic underground norteamericano o, por poner un ejemplo más cercano, a la estética habitual en reputados autores nacionales como Miguel Brieva, se caracteriza por la definición limpia y clara de personajes y escenarios, abundantes tramajes y rayados manuales, narración a través de cartuchos y composiciones oníricas sorprendentes que espolean la imaginación de los lectores a cualquier edad y que entronca con el lenguaje del noveno arte. La colección Alter Books de Corimbo busca, precisamente, reivindicar aquellos títulos “alternativos” que ya forman parte de la historia reciente de la literatura infantil y juvenil, como es el caso de esta obra publicada originalmente en 1978 que fue, en su momento, llevada al cine.
Con más de tres millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, la descacharrante fantasía concebida por Barrett & Barrett ha llegado a nuestros días plena de juventud e imaginación. Un sábado por la mañana, en el particular universo que nos plantean los autores, todo es posible. Es día de tortitas y el abuelo se afana por dejarlas perfectas, pero un pequeño incidente provoca, además de las carcajadas de toda la familia, que el anciano invente una historia. A tenor de la pequeña... Seguir leyendo
Nublado con probabilidades de albóndigas
Estábamos sentados a la mesa grande de la cocina. Era sábado por la mañana. Día de tortitas. Mamá exprimía el jugo de unas naranjas. Henry y yo apostábamos a ver cuantas tortitas nos íbamos a comer. Y el abuelo las lanzaba al aire. Esa noche, inspirado por el incidente del desayuno, el abuelo nos contó la mejor historia que jamás nos había contado.