Publicada en su día como tercer título de Nuestros antepasados, es otra desconcertante historia entre lo lúdico y lo simbólico: el barón de Rondó trepó por orgullo hasta lo más alto de un árbol y, manteniendo su dignidad, continuó toda su vida en las alturas llevando una existencia arbórea, de elevadas miras y múltiples ramificaciones. Calvino adopta las formas de los grandes autores clásicos logrando un enorme contraste entre el estilo formal y el descabellado argumento, los rebuscados nombres y las inverosímiles situaciones. Una combinación genial que hace de esta peculiar obra una triple joya literaria. La nueva edición, lanzada al hilo de la "Colección Escolar de Filosofía" de la editorial madrileña, incluye un prólogo Félix García Moriyón, de la Universidad Autónoma de Madrid, y una selección de actividades creadas por Lucía Sainz Benítez de Lugo para afianzar los conocimientos que se desprenden de la historia en el ámbito escolar.
Publicada en su día como tercer título de Nuestros antepasados, es otra desconcertante historia entre lo lúdico y lo simbólico: el barón de Rondó trepó por orgullo hasta lo más alto de un árbol y, manteniendo su dignidad, continuó toda su vida en las alturas llevando una existencia arbórea, de elevadas miras y múltiples ramificaciones. Calvino adopta las formas de los grandes autores clásicos logrando un enorme contraste entre el estilo formal y el... Seguir leyendo
El barón rampante
Fue el 15 de junio de 1767 cuando Cosimo Piovasco di Rondò, mi hermano, se sentó por última vez entre nosotros. Lo recuerdo como si fuera hoy. Estábamos en el comedor de nuestra villa de Ombrosa, las ventanas enmarcaban las tupidas ramas del gran acebo del parque. Era mediodía, y nuestra familia, siguiendo una antigua tradición, se sentaba a la mesa a esa hora, pese a que ya cundía entre los nobles la moda, llegada de la poco madrugadora Corte de Francia, de almorzar a media tarde. Soplaba un viento del mar, recuerdo, y se movían las hojas.