¿No te ha pasado, a veces, que en la figura de una montaña o en un cúmulo de nubes te parezca identificar la silueta de un animal? Tal vez el aburrimiento, tal vez un maravilloso exceso de imaginación, algo de lo que estamos tan necesitados; lleva a la protagonista a sentir la presencia de elefantes donde quiera que va. Y es que los paquidermos, como nos cuenta Juan Arjona, no saben esconderse. Tan pronto aparecen entre los escaparates, en la profundidad de la naturaleza, en una travesía marítima o en la noche más oscura, solo hay que estar muy atentos. Y, si aun así, no eres capaz de percibir su figura, no te preocupes. Los autores incluyen en el álbum un localizador (solo útil "a media distancia"); para ayudarte a afilar la mirada y tu sagacidad. Un divertido y poético libro-juego elaborado con colorida intensidad. La edición está orientada a los lectores más pequeños de la casa, con esquinas redondeadas para evitar accidentes y papel de buen gramaje a prueba de manipulaciones "apasionadas".
¿No te ha pasado, a veces, que en la figura de una montaña o en un cúmulo de nubes te parezca identificar la silueta de un animal? Tal vez el aburrimiento, tal vez un maravilloso exceso de imaginación, algo de lo que estamos tan necesitados; lleva a la protagonista a sentir la presencia de elefantes donde quiera que va. Y es que los paquidermos, como nos cuenta Juan Arjona, no saben... Seguir leyendo
¡Elefante a la vista!
Mires donde mires, siempre hay un elefante a la vista.
Los elefantes no saben esconderse.
Ni los árboles más anchos los camuflan.
Ni las montañas más altas los escudan.
Ni los ríos más profundos los cubren.