Janis Joplin, con su desgarrada voz y sus maneras salvajes en el escenario, es un referente obligado para el rock hecho por mujeres (y para la moderna canción en general). Rebelde, en lucha permanente contra todo lo establecido, cometió grandes excesos, grabó pocos pero magníficos discos, sufrió la soledad y la depresión y murió trágicamente a los 27 años. Todo ello en el marco de una época (finales de la década de 1960 y principios de la de 1970), caracterizada en Estados Unidos por la contestación política y las luchas generacionales. Janis Joplin, con su desgarrada voz y sus maneras salvajes en el escenario, es un referente obligado para el rock hecho por mujeres (y para la moderna canción en general). Rebelde, en lucha permanente contra todo lo establecido, cometió grandes excesos, grabó pocos pero magníficos discos, sufrió la soledad y la depresión y murió trágicamente a los 27 años. Todo ello en el marco de una época (finales de la década de 1960 y principios de la de 1970), caracterizada en Estados Unidos por la contestación política y las luchas generacionales.

Janis Joplin

Cuando Janis Joplin era pequeñita, una noche su madre la vio alejarse dormida de la casa por la acera, presa de sonambulismo, y corriendo tras ella, le gritó: «Janis ¿qué haces? ¿Adonde vas?» En el futuro, a los Joplin les habría gustado repetir muchas veces esa pregunta a su díscola hija, pero en aquella ocasión la sencilla respuesta de Janis fue: «Voy a casa. Voy a casa».