Corto Maltés es el héroe romántico por excelencia del cómic mundial. Semblante triste, aventuras en parajes exóticos y, sobre todo, una personalidad arrolladora. Sólo hay que echar un vistazo a cualquiera de las páginas que Hugo Pratt dibujó, para encontrarse con unas ilustraciones de composición perfecta y gran belleza, además, claro está, de una narración trepidante. En este álbum, ambientado durante la guerra ruso-japonesa en los años 1904 y 1905, el autor nos invita a conocer las andanzas juveniles de Corto Maltés y sus encuentros con personajes como Rasputín o Jack London. Corto Maltés es el héroe romántico por excelencia del cómic mundial. Semblante triste, aventuras en parajes exóticos y, sobre todo, una personalidad arrolladora. Sólo hay que echar un vistazo a cualquiera de las páginas que Hugo Pratt dibujó, para encontrarse con unas ilustraciones de composición perfecta y gran belleza, además, claro está, de una narración trepidante. En este álbum, ambientado durante la guerra ruso-japonesa en los años 1904 y 1905, el autor nos invita a conocer las andanzas juveniles de Corto Maltés y sus encuentros con personajes como Rasputín o Jack London.

Corto Maltés. La juventud

Antes de abordar la historia, conviene tener presentes los orígenes de la guerra ruso-japonesa. Todo tratado de paz lleva en sí el germen de futuras disputas: tal fue el caso del Tratado de Shimonoseki, que, en 1895, ponía fin al conflicto con China, pero a costa de provocar uno mayor con Rusia.