La fiesta en el bosque da pie para escenificar diversas situaciones de tono humorístico en las que los protagonistas toman la palabra. Gnomos, elfos, hadas y animalillos de toda índole aparecen en ilustraciones a plumilla y en escenas a todo color. Este álbum rescatado por Olañeta (fue publicado en Londres y Nueva York entre el siglo XIX y el XX) trae aromas de otros tiempos y constituye una buena muestra del mimo que ya se ponía en los libros para niños.
La fiesta en el bosque da pie para escenificar diversas situaciones de tono humorístico en las que los protagonistas toman la palabra. Gnomos, elfos, hadas y animalillos de toda índole aparecen en ilustraciones a plumilla y en escenas a todo color. Este álbum rescatado por Olañeta (fue publicado en Londres y Nueva York entre el siglo XIX y el XX) trae aromas de otros tiempos y constituye una buena muestra del mimo que ya se ponía en los libros para niños.
El libro de los Gnomos
Los elfos.– ¡Despertaos gnomos! ¡Venga, dormilones, despertaos de una vez! ¿Por qué no os despertáis y venís a jugar con nosotros? Los gnomos.–¿Por qué no os marcháis, elfos? Idos a jugar solos. ¡No queremos que os quedéis aquí con nosotros! Los elfos.–¡Venga, en pie! ¡Levantaos, gnomos, que sois unos vagos! ¿O es que vamos a tener que empezar a haceros cosquillas?