Ágil, imaginativa y divertida historia para los más pequeños construida a base de pictogramas. El breve texto de Graciela Montes, rebosa originalidad, frescura, buen humor y fantasía. Partiendo en un hecho cotidiano –el hallazgo de una pequeña llave- la anciana protagonista muestra toda su decisión y su entusiasmo vital para emprender una aventura que a cualquier persona de su edad tal vez abrumaría. Pero es que el premio a su esfuerzo desborda toda dificultad: reencontrarse con sus queridos nietos. Texto e ilustraciones crean un delicioso álbum de pequeño formato.
Ágil, imaginativa y divertida historia para los más pequeños construida a base de pictogramas. El breve texto de Graciela Montes, rebosa originalidad, frescura, buen humor y fantasía. Partiendo en un hecho cotidiano –el hallazgo de una pequeña llave- la anciana protagonista muestra toda su decisión y su entusiasmo vital para emprender una aventura que a cualquier persona de su edad tal vez abrumaría. Pero es que el premio a su esfuerzo desborda toda dificultad: reencontrarse con sus queridos nietos.... Seguir leyendo
Había una vez una llave
Había una vez una llave que no se parecía a otras llaves porque no estaba en un bolsillo ni en una cartera ni colgada ni metida en la cerradura de una puerta.
La llave que digo yo estaba tirada en una calle rosada, justo al lado de una hoja seca.
Había, además, una viejita que se llamaba Antolina.
Antolina caminaba despacio mirando las baldosas de la calle rosada.
Tanto miró las baldosas que encontró la llave.
-¡Uy, qué lindo! ¡Una llave! -dijo Antolina, y se la metió en el bolsillo.