Primera parte del álbum “Mi gatito es un bestia” en el que G. Bachelet cuenta cómo decide adoptar a su mascota, un elefante que para él es un gato. El autor parodia el carácter excéntrico y despistado de los artistas y apuesta por la libertad de expresión. A través del juego irónico que surge de la contradicción entre el texto y las imágenes, conecta con lectores de todas las edades. El amor a los animales y la obstinación por creer en lo que uno quiere ver son los argumentos principales de esta hilarante obra.
Primera parte del álbum “Mi gatito es un bestia” en el que G. Bachelet cuenta cómo decide adoptar a su mascota, un elefante que para él es un gato. El autor parodia el carácter excéntrico y despistado de los artistas y apuesta por la libertad de expresión. A través del juego irónico que surge de la contradicción entre el texto y las imágenes, conecta con lectores de todas las edades. El amor a los animales y la obstinación por creer en lo que uno quiere ver son los argumentos principales de esta... Seguir leyendo
Cuando mi gato era pequeño
Antes de adoptar a mi gato, yo no tenía ni la más mínima idea sobre el tema, pero sí que disponía de algunas reglas de sentido común que me guiaron a la hora de elegir al compañero ideal. Ya desde muy pequeño, un gato debe respirar la alegría de vivir. Ha de beberse la leche con apetito.