Undécima entrega de la saga «Misterios Romanos», que tiene siempre por protagonistas a Flavia, Jonatán, Nubia y Lupo, niños inteligentes y perspicaces que resuelven todo tipo de misterios. Más allá del interés literario que estos libros puedan tener –y lo tienen–, lo más importante es que la reconstrucción histórica de la vida cotidiana en la Antigua Roma está muy bien lograda. En esta ocasión, los jóvenes amigos se encuentran de vacaciones en una lujosa villa napolitana, disfrutando del sol y del paisaje, pero no deberán olvidar su importante misión: descubrir a un peligroso envenenador que intenta asesinar a la anfitriona de la fiesta.
Undécima entrega de la saga «Misterios Romanos», que tiene siempre por protagonistas a Flavia, Jonatán, Nubia y Lupo, niños inteligentes y perspicaces que resuelven todo tipo de misterios. Más allá del interés literario que estos libros puedan tener –y lo tienen–, lo más importante es que la reconstrucción histórica de la vida cotidiana en la Antigua Roma está muy bien lograda. En esta ocasión, los jóvenes amigos se encuentran de vacaciones en una lujosa villa... Seguir leyendo
Las sirenas de Sorrento
Flavia tuvo la impresión de que hacía demasiado rato que se besaba con Jonatán ben Mardoqueo. Así que se separó y tomó aliento.
-Es la primera vez que beso a un chico, ¿sabes? - suspiró.
La niña, de ojos grises y cabello castaño claro recogido en un sencillo moño, tenía casi once años. Calzaba sandalias nuevas de cuero, vestía una túnica corta sin mangas, de lino azul celeste, y lucía una cadenilla de plata de la que pendía la bulla de oro que indicaba su condición de niña libre y rica.
-También es la primera vez que yo beso a una chica -dijo Jonatán, de rizado cabello negro y ojos castaños, y se limpió la boca con el dorso de la mano.