Té de palacio
En una mesa estaban los cuatro: Mondrián, El Rey, Iván y el Gato. Pronto el Rey rompió la calma y gritó con arrebato:
–¿Quién osó invitar al gato?, ¿Quién osó invitar al Gato?
–¡Majestad! –protestó Iván por encima de Mondrián–. ¿Es realmente necesario que os brinde en alegato por qué hoy entre nosotros está merendando el Gato.
–¡Por supuesto! –afirmó el Rey, que ya estaba medio chato–. ¡Quiero ya la explicación de por qué invitáis al Gato!