Este libro de poemas, organizado en torno al ciclo del año y sus ritos estacionales, consigue demostrar que la poesía infantil no tiene por qué ser ripiosa ni ñoña. La emoción lírica parte de una sencillez en la elección de la versificación y de dotar a las palabras de una hondura que permite construir imágenes y sugerencias. Poesía relacionada con lo cotidiano, con la naturaleza y también con lo intangible, como la enfermedad y el amor. Poesía para emocionarse y sonreír. Este libro de poemas, organizado en torno al ciclo del año y sus ritos estacionales, consigue demostrar que la poesía infantil no tiene por qué ser ripiosa ni ñoña. La emoción lírica parte de una sencillez en la elección de la versificación y de dotar a las palabras de una hondura que permite construir imágenes y sugerencias. Poesía relacionada con lo cotidiano, con la naturaleza y también con lo intangible, como la enfermedad y el amor. Poesía para emocionarse y sonreír.

La casa de los días

CALENDARIO

Llegaron los doce,
dijeron su nombre,
les abrí la puerta,
pasaron los doce.

Enero, el más friolero.
Febrerillo juguetón.
Marzo, señor de los vientos...
Abril y el cerezo en flor.
Alegres tardes en Mayo.
Junio de melocotón.
Julio, en su campo de trigo.
Agosto, el de más calor.
Septiembre, lleno de frutos.
Octubre, vendimiador.
Crisantemos por Noviembre...
y con diciembre, ¡chitón!