Juan Oveja quiere tener una persona para sacarla de paseo, darle de comer y poder jugar con ella. Todos sus amigos, Clara Ternera, Ángel Cerdo, José Perro, etc. tienen una. Pero a los padres de Juan Oveja no les gusta la idea de tener una persona enjaulada. Finalmente, Juan consigue una persona, a la que llama Peque, y muy contento la saca para que juegue con las demás personas de sus amigos. Pero un día Peque se escapa... Este álbum ilustrado refleja el mundo al revés: un animal que desea tener a una persona como mascota. Un ocurrente cuento con el que los pequeños lectores se divertirán y podrán caer en la cuenta de la responsabilidad que conlleva tener un animal doméstico. Acompañan al texto las expresivas ilustraciones de Philip Waechter, ilustrador ya conocido por los dos libros anteriores publicados en esta misma editorial: Yo y Muy famoso. Libro sorprendente e ingenioso recomendado en la lista de White Ravens de la Internationale Jugendbibliothek.
Juan Oveja quiere tener una persona para sacarla de paseo, darle de comer y poder jugar con ella. Todos sus amigos, Clara Ternera, Ángel Cerdo, José Perro, etc. tienen una. Pero a los padres de Juan Oveja no les gusta la idea de tener una persona enjaulada. Finalmente, Juan consigue una persona, a la que llama Peque, y muy contento la saca para que juegue con las demás personas de sus amigos. Pero un día Peque se escapa... Este álbum ilustrado refleja el mundo al revés: un animal que desea tener a una persona como mascota. Un ocurrente cuento... Seguir leyendo
Juan Oveja también quiere tener una persona
«Ni hablar. Tú no tendrás una persona», dice papá Oveja durante la comida del mediodía. «Ya te lo hemos dicho mil veces. Vale ya. Punto». «¡En mi clase todos tienen una!», dice enfadado Juan Oveja. «¡Todos! ¡Nunca me permitís nada!» «No se habla con la boca llena», dice mamá Oveja muy suavemente. «Tú sabes que a papá y a mí no nos parece nada bien tener personas como mascotas. ¡Eso es una crueldad!» Pero Juan lo intenta de nuevo al atardecer, antes de acostarse, mientras caminan por la pradera.