Pablo Diablo y el partidazo de fútbol
–¿Qué estás haciendo? –preguntó Pablo Diablo, entrando de sopetón en el cuarto de Roberto.
–Nada –contestó rápidamente Roberto, el niño perfecto, cerrando su cuaderno al momento.
–Mentira –dijo Pablo.
–Vete de mi cuarto –dijo Roberto–. No puedes entrar sin mi permiso.
Pablo Diablo echó una mirada por encima del hombro de Roberto.
–¿Qué estás escribiendo?
–No es asunto tuyo –respondió Roberto, y tapó el cuaderno cerrado con el brazo, apretando con fuerza.