El tándem Ritchie-Edgson vuelve a explorar las relaciones entre padres e hijos, centrándose esta vez en la figura materna. El pequeño oso protagonista de esta historia describe en primera persona y de forma rimada las diferentes actividades que comparte con su madre y las características que hacen de ella la mejor madre del mundo. Aunque las autoras sorprendieron más con Papá y yo, la propuesta mantiene el interés y la carga de ternura, reforzada esta última por la dulzura de las ilustraciones, en las que predominan los tonos pastel.El tándem Ritchie-Edgson vuelve a explorar las relaciones entre padres e hijos, centrándose esta vez en la figura materna. El pequeño oso protagonista de esta historia describe en primera persona y de forma rimada las diferentes actividades que comparte con su madre y las características que hacen de ella la mejor madre del mundo. Aunque las autoras sorprendieron más con Papá y yo, la propuesta mantiene el interés y la carga de ternura, reforzada esta última por la dulzura de las ilustraciones, en las que predominan los tonos pastel.
Mamá y yo
Mamá y yo estamos siempre juntos. Ir detrás de ella es muy divertido, pues intento pisar donde ella pisa, sin que me entre la risa.