El abuelo Arkasha, en el día de su ochenta y ocho cumpleaños, confiesa a la familia su enfermedad irreversible y, al mismo tiempo, el secreto que ha guardado durante seis décadas relacionado con su participación en la Segunda Guerra Mundial. Lejos de afrontar el final de sus días con tristeza, lo hace con la ilusión de transmitir a sus descendientes la obligación de preservar un “tesoro” oculto. De esta forma, la protagonista de esta historia se convierte en heredera y guardiana del hallazgo que aquel joven ruso que pisó Berlín en las postrimerías del conflicto bélico realizó a su paso por uno de los muchos pueblos devastados tras los enfrentamientos: un diario y un par de fotografías. ¿Por qué habla ahora de un momento vital al que nunca quiso hacer referencia? La traducción al ruso de aquellos apuntes despierta la curiosidad de Masha, que inicia una investigación alentada por su profundo amor al patriarca de la familia y por su curiosidad por un periodo de la historia del que ha oído hablar en la escuela. Alternando fragmentos extraídos del cuaderno y las acciones y reflexiones de la chica en el mundo actual, el escritor canario, afincado en Alicante, regresa a las librerías con un breve pero intenso relato tejido con sensibilidad, en el que trata de hacer reflexionar a los lectores sobre la importancia del entendimiento mutuo y de la tolerancia para tender puentes entre culturas y civilizaciones. Una emotiva propuesta que aporta luz sobre uno de los episodios más dramáticos de la historia contemporánea.
El abuelo Arkasha, en el día de su ochenta y ocho cumpleaños, confiesa a la familia su enfermedad irreversible y, al mismo tiempo, el secreto que ha guardado durante seis décadas relacionado con su participación en la Segunda Guerra Mundial. Lejos de afrontar el final de sus días con tristeza, lo hace con la ilusión de transmitir a sus descendientes la obligación de preservar un “tesoro” oculto. De esta forma, la protagonista de esta historia se convierte en heredera y guardiana del hallazgo que... Seguir leyendo
Huellas de carbón
Esta joven se llama Frieda Keller. Vivía en Alemania, cerca de la frontera con Polonia, hasta comienzos de 1945 o quizá finales de 1944. Quiero encontrarla. ¿Me ayudas a buscarla? Si no sabes nada de ella, por favor, al menos haz circular este mensaje. Si tienes información, escríbeme a: kmasha@tmail.com
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