¡Scric scrac bibib blub!
Como cada noche, la oscuridad envuelve el estanque. Y, como cada noche, Jerónimo tiene miedo. «A la cama, ranita», dice mamá. Jerónimo comprueba si la puerta está bien cerrada… y después sigue a su mamá dando saltitos en el agua. Mientras mamá está con él, Jerónimo se siente bien. En el cuarto de baño, Jerónimo se lava la cara y las manos. Se cepilla la boca. Mamá se acerca para escuchar cómo frota. Se pone el pijama solito: Mamá se lo abrocha. «¡Un último pipí y a la cama!», canturrea mamá. Mamá sabe que a su ranita le asusta mucho la noche.