La vida en las calles de Puerto Ficción, lamentablemente, recuerda al tipo de historias que muchas veces ocurren en nuestras ciudades del siglo XXI: en sus calles hay menores que se ven obligados a subsistir sin tener acceso a las necesidades y derechos más básicos. En el caso de Sabino, Sabina y Nellie, el ingenio forma parte habitual de su equipo de supervivencia, y en algunas ocasiones este afán conduce incluso a llevar a cabo actos delictivos. En un arrebato una de las protagonistas roba un teléfono móvil a espaldas de sus compañeros de pandilla. Cuando estos descubren el verdadero lío en el que les ha metido (sobre todo a raíz del envío de un mensaje del propio dueño); comienzan los problemas, intensificados por el hallazgo de una extraña fotografía en la memoria del celular que servirá como hilo conductor para conocer a otros personajes cruciales en la trama (algunos de procedencia realmente inesperada, a pesar de las pistas que nos ofrece el título de la obra). Trazos de fantasía (sobre todo en lo que respecta a la relación con el perro Boris, con capacidad para hablar, o al contacto con Willy); y un alto componente de crítica social para reflejar el día a día de un grupo de chicos a los que la vida parece haber condenado. El autor, con larga trayectoria en la ficción para adultos, también utiliza el humor como herramienta para sensibilizar al lector ante la problemática que subyace. Tanto la edición en rústica como la versión en formato electrónico han sido ilustradas con elegancia en blanco y negro, mediante procedimientos digitales, por la artista mexicana Mariana Villanueva, a la que conocíamos por anteriores trabajos como Hipólito hipnotizador (CIDCLI, 2015)
La vida en las calles de Puerto Ficción, lamentablemente, recuerda al tipo de historias que muchas veces ocurren en nuestras ciudades del siglo XXI: en sus calles hay menores que se ven obligados a subsistir sin tener acceso a las necesidades y derechos más básicos. En el caso de Sabino, Sabina y Nellie, el ingenio forma parte habitual de su equipo de supervivencia, y en algunas ocasiones este afán conduce incluso a llevar a cabo actos delictivos. En un arrebato una de las protagonistas roba un teléfono móvil a... Seguir leyendo
Un viaje cósmico a Puerto Ficción
Nellie ha vuelto a hacer una de las suyas
Todo empezó un mediodía en que estábamos afuera de una taquería del centro con nuestros estómagos rugiendo como leones marinos. O como morsas o focas. Supongo que se entiende sin que haga falta una lista interminable de animales rugidores o gruñidores.